viernes, 9 de noviembre de 2012

Bye Bye Mr Mike



Me voy a mojar, antes de que llegue el nuevo entrenador y estas líneas puedan sonar ventajistas. Mike Brown se ha ido a la calle. Cosa lógica después del fracaso de la temporada pasada, ya no tanto en resultados como si en juego y planteamientos de equipo. La poca prometedora pretemporada y el descalabro inicial en liga, (el ultimo partido contra Utah dió mucha pena) unida a la mirada de la muerte que le lanzo Kobe Bryant en Salt Lake City a su entrenador, han acabado por acelerar lo inevitable.



Ahora son muchos los que ya no solo lanzan dardos contra el Coach destituido, sino que se aventuran a ir mas allá y comentan que el problema de fondo de los Lakers es otro, y aunque ninguno lo dice, supongo que ahora todas las miradas apuntan a Kobe.

A Bryant o se le ama o se le odia, no hay medias tintas, y yo, lo amo profundamente. Puede que siga siendo el mismo boca-chancla arrogante de siempre y que todavía le cueste asumir que el paso del tiempo no lo es en balde y para eso, es importante que adapte sus condiciones de juego a su nueva configuración física. Jordan lo hizo tras su primera retirada y ganó 3 anillos mas. Pero Kobe Bryant es Kobe Bryant. El puto Kobe Bryant, y quien todavía no sepa muy bien lo que este tipo ha hecho por los Lakers que se mire la Wikipedia y alucine en colores.
Kobe esta cabreado, y mucho, y desde hace tiempo. El año pasado, salvó el culo de su equipo muchas veces, pero mentiría si no os dijera que otras tantas pecó de lo que siempre ha hecho cuando se le tuerce el morro. Esto es, el Kobe Sistema. Yo la cojo y me la tiro. Y punto.
Pero con la llegada de Nash, desde el principio Kobe empezó a compartir la bola. Súbela Steve, que te dejo. Y los Lakers, empezaron a jugar a otra cosa. Movían el Balón rápido, los pases eran cortos, las ayudas llegaban, El Princeton offense funcionaba, y aunque las victorias seguían sin cristalizar en pretemporada, el Staples estaba tranquilo. Howard y Pau se entendían a la perfección, Ron Artest... bueno Artest se tomaba la medicación todos los días, que no es poco, y Kobe empezaba a soñar como su anhelo de igualar al inigualable se acercaba cada día mas. En Los Angeles empezaban a ver el anillo de vuelta.
Pero la temporada empezó y la cosa se atascó. Nash se espesó y además se lesionó. Howard estaba mas pendiente de mirar a la Gente Guapa en la Grada y sonreir que de meter canastas y sobre todo, tiros libres y Pau, el pobre, bastante tenía con ver como el balón pasaba de largo por sus manos. Kobe al principio cumplía, no tiraba de mas, sus porcentajes eran buenos, pero no polarizaba el juego Angelino. Hasta las dos ultimas derrotas, en las que fue el único que parecía de verdad dolido y avergonzado por todo lo que estaba pasando. Y por supuesto, como no podía ser de otra forma, se jugaba todo balón que pillaba.
Yo, ahora mismo, soy optimista, creo de verdad que si este equipo lo Coge (sobretodo) Jerry Sloan volverá el Showtime. John Stockton se reencarnará en Nash, y Malone en Howard, y si además Pau lo hace como siempre y Kobe sigue siendo el Clutch player de toda la vida, estos Lakers no tendrían que tener ningún problema para plantarse en la final de la Conferencia Oeste.
El unico Handicap que le veo a este equipo es el Banquillo. Mas bien la falta de él. Blake, Duhon, Ebanks, Jamison, Morris, etc, etc, no salen vivos de la quema. Solo Salvaría a Jordan Hill. 
Esto tiene solución, y se llama Mercado de invierno. unos cuantos traspasos acertados y estos Lakers con el quinteto de lujo que tienen y una segunda unidad solvente insisto, tienen que merendarse a todo bicho viviente en la Conferencia Oeste. Otra cosa es ganar a 7 partidos a Miami en una final NBA, pero eso es otra historia y todavía queda mucho balón que rodar.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

David Millar: ¿Héroe o Villano?

Es difícil postularse ante la historia de David Millar sin crear polémica de por medio. Sus defensores acérrimos lo verán como una víctima valiente de la probablemente, mas escandalosa época para el ciclismo profesional (aquella que fue del 2000 al 2005 aproximadamente) y sus enemigos mas desaforados verán en el a un tramposo que sigue compitiendo y que ahora se redime, a la vez que se lucra, contando su historia de Sexo, drogas, y pedales a tutiplén. Después de dar cuenta este verano a su libro, y de ver anoche el Informe Robinson que desgrana con acierto y de forma muy bien resumida lo que las páginas tratan y/o da a entender, se me ocurren varias cosas: 

La primera es que David Millar escribe muy bien, cosa que me sorprendió desde la primera página. Empecé a leer el libro como me pasa con muchos de estos llamados, autobiográficos, ya sabéis, atraído por su historia pero a veces, aburrido por el cómo se cuenta en el libro, normalmente con un lenguaje neutro y estándar. La sorpresa fue encontrarme con un Millar de prosa ágil y con una capacidad de atraer a su lector que para mí fue toda una sorpresa. Al igual que las buenas novelas, Millar te atrapa y te hace participe, que no cómplice, de su intrincada historia de amor y odio hacia el deporte de las dos ruedas y los pedales. Se revela dentro de el, su pasión por los libros y se nota en su pluma. Punto Positivo.  

Con respecto a su historia, hay veces que me compadece, y otras tantas lo condenaría. Yo creo que hay mas parte en él de víctima que de delincuente. Sus vivencias son mas propias de un Sistema corrupto y a punto de explotar que de un tipo sin escrúpulos que haría cualquier cosa por ganar una carrera. Me creo su idealismo adolescente, su competitividad, sus ganas de triunfar, sus escarceos y su azarosa vida nocturna, me creo todo el caso Cofidis, me creo sus ganas de redimirse, de perdonarse, me creo también su amor por el deporte, pero no me creo tanto que una vez dentro de toda la movida dopajil, no se bajara antes del carro. 



 Hay que recordar que no confesó, sino que cantó una vez que lo trincaron. Y eso me hace sospechar que si nunca le hubieran pillado esa jeringuilla en su casa De Biarrtiz, probablemente David Millar hubiera ido mucho mas allá en esta lacra del ciclismo. El se vio atraído por el lado oscuro, era consciente de lo que hacía, se sentía mal por hacerlo, se emborrachaba por ello, tomaba somníferos por ello, pero, no lo dejó. Lo trincaron. Y eso marca la diferencia. Creo que el sistema puede estar podrido, que el ciclismo en aquellos años se parecía mas a Trainspotting que a un deporte, todo lo que tu quieras, pero siempre puedes decir NO, al dopaje. Siempre pudo haberse salido y renunciar a todo y contarlo como ha hecho, pero me creería mas su desgraciada historia si hubiera salido de él y de motu proprio, que no después de una redada policial. 

Aún así, y como nunca es tarde si la dicha es buena, a mi no me supone ningún problema moral que ahora quiera contar su historia y sentirse mejor consigo mismo. De hecho, eso lo alabo. De ahí, que en este momento y mas que en su época como profesional de la bicicleta, Millar sea mas "Dave The Brave" que nunca.



Aquí el Programa Completo: