lunes, 30 de junio de 2008

El descanso del Apotema


Pues eso, que el Apotema se va de vacaciones hasta el 9 de Agosto.
A pasarlo Bien!

martes, 24 de junio de 2008

Alhama Summer Parade 2008



Tal y como se avanza en el artículo de Nada Surf, este Sábado vuelve una de las mejores fiestas para disfrutar este Verano.
Mas info en :
http://www.alhamaparade.es/

Nada Surf "Lucky" (2008)


Normalmente suelo tomarme la semana, musicalmente hablando, con bastante tranquilidad si el fin de semana, se avecina algún fiestón gordo, como la Alhama Summer Parade, evento de carácter amateur e independiente, que por motivos que en algún otro artículo enumeraré ha tenido que cambiar su ubicación habitual (léase, La puebla de Alfindén) por otro un poco mas lejano pero seguro mas acogedor como lo puede ser Alhama de Aragón. Allí, si os queréis pasar (no os arrepentiréis) El gran Antonio (flamante concejal de festejos) os recibirá con los brazos abiertos y con alguna que otra lección de Jazz bajo el brazo (el saber no ocupa lugar Muchachada) para llevaros justo a la entrada del evento, donde Maikel, cerebro organizador e ideólogo del proyecto, os mostrara su agradecimiento mas sentido al veros aparecer por allí, aunque no os conozca de nada, puedo dar fe de ello. Hace dos años, en su ultima celebración por tierras Zaragozanas, aparecimos una tropa todos cogidicos de la mano siguiendo a Santiago (compañero de trabajo de Maikel y el mejor relaciones públicas que El Alhama Summer Parade puede tener por la Ribera del Ebro) hasta la puerta de la entrada donde allí el, con una cara de felicidad que no le cabía en el cuerpo, nos iba poniendo uno a uno los sellos que daban derecho a entrar a una de las fiestas mas imaginativas, creativas, de calidad, y hechas con mimo y dedicación a las que el que esto escribe ha tenido oportunidad de asistir.
Exposiciones de fotos, Barbacoa, zona de acampada, música electrónica, Hip Hop, proyecciones audiovisuales de nivel, etc, etc, todo ello envuelto en un ambiente al aire libre superfamiliar y cuidado hasta el mas mínimo detalle.
Es por ello que, a sabiendas de que casi con toda probabilidad la noche del sábado se nos convertirá en una mañana de Domingo casi sin que nos demos cuenta, esta semana momentáneamente y por causas de fuerza mayor, uno carga su Ipod con grupos como Nada Surf, uno de los combos que aparte de hacerte llevar la semana mucho mas tranquila, puede presumir, al igual que El Alhama Summer Parade, de gozar de un prestigio y una solera sin renunciar a su independencia y a sus principios.
Nada surf, hace unos años pudo haber desparecido del mapa en un tris. En 1996, saliendo de la Nada se hicieron notar muy mucho con Popular, single de presentación de su novel disco, High Low. Lo que en un principio olía a One Hit Wonder (dícese de aquellos que pegan el pelotazo con una canción y ya no saben posteriormente sobreponerse al éxito) se convirtió en una oda a la independencia de calidad. Discos redondos de Power Pop luminoso y brillante como Let Go, The Weight is a Gift, o el que hoy nos ocupa, el fabuloso Lucky, han conseguido que una carrera condenada al fracaso o al recuerdo monótono y peligroso que puede suponer el pegar el pelotazo pronto y con una sola canción, se haya convertido en una de las bandas de culto mas respetadas dentro de una escena donde abundan demasiados aspirantes a forrarse con las descargas del Itunes, o a venderse a las revistas mas rastreras y engañosas del sector. Muchos ya no es que se conviertan en flor de un día, esque conscientemente aspiran a eso. Nada Surf no.

domingo, 22 de junio de 2008

Social Distortion "White Light, White Heat, White Trash"


La culpa la tiene Alatriste. Sí, sí, Diego Alatriste, ese hombre que no era ni el más honesto ni el más piadoso, pero si era un hombre valiente. Y es que andaba yo por el Alcampo un día de estos en busca del cuarto capítulo de la saga del veterano de los tercios de Flandes cuando de repente, ya con el libro en mano (y otro de Javier Marías y un Mortadelo), me dio por mirar uno de esos expositores de música “a granel” que toda gran superficie tiene y pocas veces sabemos apreciar. No digo que de los cientos de discos morralla que llenan los estantes desordenados de música a 6.45 euros el cd todos sean incunables de la música no, mas bien lo contrario. Lo que normalmente decora y engrandece dichos espacios suelen ser discos de Ocarina, de Britney Spears (cuando estaba buena y no parecía una protagonista de Trainspotting), Alejandro Sanz, Luis Miguel, Juan Luis Guerra con o sin los cuatro cuarenta, que más da, o algún castañazo de Maná (los que van autoproclamandose por ahí los U2 latinos, cágate lorito).
Tuve que dejar no muy lejos las compras de lectura para empezar a rebuscar como Dios manda, uno por uno, los estantes de música de ocasión para poder dar con algo bueno. Así, creo que tras un grandes éxitos de la Pantoja, apareció sin comerlo ni beberlo el White Light, White Heat, White Trash, el mejor disco de Social Distortion, la banda de Mike Ness, uno de los capos del Punk rock.
Un disco que empieza con Dear lover, sigue con Don´t Drag me Down, la clava con Untitled, mejora con I was wrong, y culmina con Through these eyes uno de los más certeros y contundentes arranques de un disco que no voy a decir el tiempo que llevaba yo buscando para ponerlo en mi cada vez más escasa discoteca musical, al lado del London Calling de The Clash.
No quiero hacer yo en esta sección como en aquel libro que de pequeño me regalaron, “Una fábula para cada día del año”, donde día a día, uno leía un escueto relato de ratones cotillas, ratas presumidas, y ávaros lobeznos donde tras darsela de bruces, aprendían que ser egoísta no mola, que la avaricia rompe el saco, que meter el hocico en los asuntos de los demás te convierte en un alparcero, que tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, y demás moralejas del lugar.
Permitidme pues vuestras mercedes (como diría Iñigo de Balboa), que así como de forma esporádica y poco ocasional, en el Apotema os escriba mi pequeño bricoconsejo:
“Nunca subestiméis el poder de un expositor musical olvidado, triste, desordenado, y lleno de discos de Chenoa, Miguel Bosé, Tokio Hotel, y la madre que los parió.”

Against Me "New Wave"


No suelen ser muchas las veces que este fenómeno musical acontece (acabo de oír un trueno mientras escribo esto que porque ayer se acabaron las fiestas que sino pienso que ha sido el chupinazo que anuncia el encierro). A lo que iba, no suele ser muy frecuente como digo encontrarse con discos no de fácil escucha, ni siquiera discos de esos radio Victim. Me refiero más a los que te los pones así a lo tonto, sin saber casi ni siquiera como se llama el grupo (solo recuerdas que o bien un amigo, una revista, o una página de internet hicieron las veces de consejero musical). Normalmente esa primera escucha desinteresada te la ventilas yendo en el coche, haciendo deporte, limpiando la casa, etc..., etc, y a lo que te das cuenta, y aquí viene lo mejor, casi sin quererlo y prácticamente de forma inconsciente, te encuentras reescuchándolo de nuevo ya con los cascos, sentado cómodamente y disfrutando de nuevo de esa primera toma de contacto somardas que ha llamado poderosamente tu atención. Son de esos discos que luego, cuando lo comentas o lo recomiendas, eres poco capaz de decantarte por la canción uno, la dos, la seis, o la que sea, todas te parecen redondas, perfectas, difíciles de descartar. Aún recuerdo como en un recopilatorio de esos que suelo preparar para viajes, fiestas, o contubernios varios, me fue imposible descartar una sola canción del disco que hoy nos ocupa, New Wave, de los norteamericanos Against Me.

Melodía, garra, pegada, pueden quizá ser los tres adjetivos que mejor definan esta obra, excelentemente producida por uno de los mejores artesanos en esto de elaborar discos redondos, Butch Vig (en su currículum puede presumir de haber dado forma al Nevermind de Nirvana), un tipo que ha sabido sacar lo mejor de unos músicos jóvenes capaces de elaborar, como ha sido en este caso, 10 canciones, mas bien himnos potenciales todos ellos. Desde cañonazos reivindicativos como lo es White People for Peace, pasando por composiciones de calidad tipo Trash Unreal, Piss and Vinegar, Americans Abroad (con un deje Rockabilly delicioso), dando un respiro al personal con el mediotiempo -voz femenina incluida- que conforma Borne on The Fm Waves, o facturando un tema como Stop (el mejor arranca pogos que puede existir para menear a la gente en sus conciertos).
New Wave se me antoja como un disco, ya con la perspectiva y la objetividad que da el paso del tiempo, imprescindible en cualquier biblioteca musical que se precie. Nunca falla, siempre queda bien, nunca desentona (lo mismo queda bien al lado de un disco de Testament que del último de Nada Surf) y pocas veces defrauda a aquel que le da una oportunidad mientras pasa la mopa al mueble del salón, o a la que va de camino al gimnasio, o al que va de camino con su coche en buena compañía a esa playa, montaña, o cualquier tercio que se presente. Mientras vayan sonando cualesquiera de las diez composiciones de este magnifico trabajo da lo mismo lo que estés haciendo. Puede que hasta lo disfrutes un poquito más.

domingo, 15 de junio de 2008

Rise Against "The Suferer & The Witness"


Hablar de Rise Against, es hablar de carretera, de neumáticos gastados, de festivales, de muchos Vans Warped Tour a las espaldas, de barriles de Budweiser, de mucho curro, de infinita voluntad, de mares de integridad, y de mucho, muchísimo Punk Rock.
Con cuatro discos en el mercado, los dos últimos bajo el siempre sospechoso amparo de una multinacional, la carrera de esta gente siempre ha discurrido, más por el bagaje y las tablas que dan los escenarios que por la frivolidad y poco futuro que otorgan los programas de televisión o las efímeras campañas de Marketing que lo mismo que hoy te aúpan a ser lo más de lo más, mañana te destierran al olvido más doloroso. Por eso mismo, por no dejarse seducir por el reverso tenebroso de la música, por seguir siendo fieles a sus principios, por hacer cada día mejor música, por ser independientes, y por saber marcar el territorio a una multinacional, Rise Against merecen todos mis respetos. Pero todo esto de nada serviría si su calidad musical estuviese cuestionada o escasa de ideas.
The Sufferer & The Witness empieza con una intro que da paso a unos trallazos musicales dignos de elogio. Injection, Ready to fall, Bricks, Under the Knife, todos ellos singles potenciales, himnos de libro que cualquier aspirante a coronar el trono del punk melódico debería revisar. Los dos mejores cortes del disco se encuentran unidos. La 6 y la 7, o lo que es lo mismo, Prayer of the Refugee y Drones, recogen lo mejor que puede dar Rise Against: rapidez, melodía, variedad, y todo ello envuelto en la que es una de las mejores voces del Punk Rock. Tim Mcllrath posee un timbre de voz envidiable, capaz de llegar a tonos para nada usuales en el punk rock, y desgarradora cuando la fuerza y la fiereza del tema lo exige.
En The Sufferer & The Witness también hay momentos para la tranquilidad, al final, una vez superada y asimilada toda apisonadora sónica que ofrece este disco. Roadside supone una inesperada novedad en la discografía de este grupo. Encontrar baladas y medios tiempos en una obra de Rise Against no es algo común, pero vistos los resultados, tampoco son prescindibles ni desmerecedores, para nada.
Poco más se puede añadir a un disco sobrado de buenos momentos. The Sufferer &The Witness es probablemente uno de los mejores discos de punk rock que podamos encontrar ahora mismo en el mercado musical.

viernes, 6 de junio de 2008

Depeche Mode"Violator"


En el año 90, para un pipiolo de 12 años que todavía no había pegado el estirón, el único problema existencial que perturbaba su juicio no era otro que acelerar como fuera ese proceso que hacía que de la noche a la mañana, de buenas a primeras, te empezara a asomar algún pelo que otro negro tonto en la sobaquera, o en la paquetera, para así poder fardar delante de los colegas de tu nueva y recién estrenada hombría en las duchas, después de la clase de gimnasia, para posteriormente, con el buen tiempo, exhibirlo con camisas de manga rasa, delante de toda la platea femenina a modo de ligoteo en plan tipo duro. Mira mira zagala, lo que me está saliendo, ¿te mola?. Yo atónito y sin un pelo ni medio, contemplaba perplejo esas escenas con una mezcla de suma envidia y algo de vergüenza ajena difícil de describir. Por entonces yo formaba parte del coro de altos en las monjas gracias a mi agudo y melódico timbre de voz, lo que al alimón, facilitaba que, año tras año, Navidad tras Navidad, uno también fuese el protagonista de todas las obras de teatro en el colegio de las monjas.
Por contra, mi carrera como futbolista estaba empezando a hacer aguas. La cosa era clara. Si te ponían tres recreos seguidos de cancerbero y además llevabas gafas, las conclusiones eran dos y solo dos. Primera, eras el más malo y rematado del colegio jugando a fútbol. Y segundo y más importante, el presupuesto en gafas ascendía hasta cotas insospechadas. Mi madre optó por hacerme con unas gafas irrompibles, voluminosas (parecía el hijo bastardo de Crispín Klander) pero impenetrables, a prueba de bombas, y a prueba de los balonazos traicioneros que los de octavo nos endiñaban a los que íbamos con jersey color salmón día a día a la escuela. Cada día que pasa creo que el material forjado para esas lupas no era de esta galaxia. Me da a mí que el de la óptica lo trajo de Kripton.
La única preocupación, aparte de que el salmón dejara de estar de moda como color más in de la época, radicaba en la esperanza de que para verano, ya hubiera florecido algún pelarro de esos que interesaban tanto a las chicas más bobas que, por otra parte, y hablando de pelos en la chotera ya, deberían haber sido más previsoras de cara a comprase un bañador de esos con redecilla en los bajos. El virginal, simple, blanco y vetusto bañador de otros años dejaba entrever ya cierta flora y fauna de color negro carbón, allá por la entrepierna, pero quien era yo para advertir semejante detalle. Un esmirriado con gafas, ralla de pelo a un lado, bañador Mayoral hace amigos, y ortodoncia galopante inspiraba de todo menos credibilidad y/o sarcasmo. Eso sí, en el coro cantaba de cojones. Si me hubierais oído entonar la de “Mi Dios está vivo el no está muerto” lo hubierais flipao en colores.

En resumidas cuentas, el año 90 fue bastante moñas. Y la música a la que uno tenía acceso inmediato por aquel entonces más todavía. Madonna con el Vogue, Roxette con aquella canción de Pretty Woman, (cinta que contiene uno de los mensajes más Heavys del Celuloide, a saber: Niña, métete puta que vendrá un rico, te echará un “huete” y te sacará de pobre, tira tira), Sinead O´Connor y su nada comparado With You también lo petaba allá donde pincharan su Valium-Balada. Technotronic molaba pero cansaba enseguida con lo del Pump up the Jam, y Jon Bon Jovi seguía como líder indiscutible de portadas en la revista Super Pop mientras ponía su voz al servicio de la Banda Sonora de Arma Joven 2, otro peliculón para calentar las meninges de las chatis de mi quinta. Smells Like Teen Spirit, ya sabéis.
Entre tanto mar de incertidumbre y vida de color de rosa, tenía que venir alguien a oscurecer y a poner en su sitio a golpe de sintetizador, teclados, y guitarras, un panorama bastante poco alentador. Así pues, llego Violator, toma, sin contemplaciones, y empezando además a poner al personal en su sitio con Personal Jesus, después con Enjoy de Silence y posteriormente con Policy of Truth y World in my Eyes como singles de presentación. Su propuesta, cuanto menos arriesgada, tomó forma y puso patas arriba el mercado musical. Rescatar la electrónica que reinó años atrás, sacarla de nuevo del merecido olvido que se cernió sobre ella en los ochenta, y reivindicarla hasta el infinito y más allá con guitarras, batería, bajo, y teñirla sobre un manto de oscuridad, dureza, vaqueros oscuros, camiseta blanca y chaleco negro, fue un logro encomiable. Para mí además, supuso una forma de acercarme al hasta por aquel entonces desconocido género femenino. Prestar la cinta de los Depeche en los 90 era la mejor, sutil y más elegante forma de acercarte a esa churry que en los recreos hacía que aunque te cayese una maceta en la cabeza no te enterases de nada en absoluto. Uno no tendría pelos ni voz de machote, pero anda que no me habré colado en los cuartos de las chorbas más molonas de clase mientras el resto de los colegas seguía en el salón perdiendo el tiempo con las naturales diferenciando el carpelo, el pistilo, etc, etc. Yo prefería deshojar la música de la rosa viva y roja sobre fondo negro de la portada de Violator, tema tras tema, hasta la última canción, Clean, para después, salir todo colorao y con cara de tonto para ultimar el estudio y análisis de los estambres, los gineceos y los androceos. Todo ello bajo la mirada asesina e inquisidora de los machotes del lugar maldiciendo por lo bajini mientras un nuevo y enorme grano de esos de cabeza blanca y dudoso origen florecía, valga la expresión, en la punta de su enrojecida e irritada nariz de preadolescente.

miércoles, 4 de junio de 2008

Vuelve Weezer

Y yo ya estoy de los nervios. Weezer es uno de esos grupos que mas admiro desde siempre. Desde que publicaron su disco de Debut, he devorado con ansía todos y cada uno de sus discos, empapandome de esas melodías perfectas, de esa comunión equilibrada entre calidad compositiva, gusto por el frikismo y por lo no convencional.
Weezer publican este mes su nuevo album, otro que va sin nombre al que se le conócerá sin duda como otras veces, por el color de su portada, Rojo en este caso.
Su single de adelanto, pork and Beans, lo he escuchado y visto tantas veces ya en yotube que hasta me hago cruces de lo obsesivo que puedo llegar a ser con las irresistibles canciones de este grupo.
Experimentos con Mentos y Coca Cola, Cubos de Rubick, un hamster que cuando nos enseña su cara me recuerda a mi a la de Marcial Ruiz Escribano (para servirle), Karatekas esperando su momento de gloria, Baquetas laser, Cuomo en plan Cowboy trasnochado, etc, etc, asi son ellos, asi son Weezer.