sábado, 26 de enero de 2008

Charremos de la Creedence


Ya me permitirás Tony, que así como quien no quiere la cosa, a lo somardas, te robe esta semana algunas líneas cinéfilas, no serán muchas, espero poder al final acabar hablando de música, digo yo, no te se decir, se cómo y cuándo empiezo a escribir, pero nunca cuándo y de qué termino haciéndolo. La cosa viene porque hay algunos personajes del cine por los que siento una admiración tremenda, una absoluta empatía, una adoración desmedida. Uno de ellos es John McClane. Por éste además de todo lo dicho, profeso una inusitada compasión. Siempre trabajando solo, atribulado en hasta la fecha, cuatro Junglas de Cristal, y en todas ellas sufriendo lo indecible, acabando hecho unos zorros, maldiciendo hasta lo inmaldecible, dejando el amor para otra ocasión, velando siempre por la seguridad de su hija, y si puede y tiene tiempo, por la de Nueva York. Si no llega a ser por él, el Nakatomi Plaza no sería mas que un puñado de escombros. Aunque sólo sea por eso ya le debemos un respeto, y algún listo de esos con traje y cargo publico, debería darle una medalla, o en su defecto, ahora que está tan de moda, ponerle su nombre a una calle, plaza, o Avenida. "Callejón McClane", ¿a que suena bien?.
En estas que estaba yo no hace mucho tiempo viendo su última andanza, la Junlga 4.0, cuarta epopeya Cristalina, la más floja en argumento, pero la más interesante en tanto en cuanto que ya notamos como los años pasan ya hasta por el bueno de John, haciéndose patente esto incluso, en sus gustos musicales. En una escena poco destacable en cuanto al devenir de la historia, Bruce Willis, su alter ego, debate con su joven acompañante sobre música, y McClane, siempre expeditivo, le reprocha al púber que grupos como la Creedence ya no se hacen, "Grupos de mierda es lo que hay ahora", sentencia de forma lapidaria mientas sintoniza en la radio con los malos pisándole los talones "Fortunate Son". Que razón tienes, pienso yo para mis adentros. Y es entonces cuando le doy al pause, gracias John, de nuevo, ahora por traerme de nuevo a la memoria, señoras y señores, a la Creedence Clearwater Revival, La Creedence, para los amigos.
Mientras voy de camino al ordenador para ciber-desempolvar algo de La CCR, sonrisa cómplice en boca, me hago cruces de como hasta un personaje de cine puede aconsejarte de música, y de como puede recordarte que hace mucho que no escuchas a la Creedence. Siento que la perorata músico-nostálgica con la que John abronca al joven de la película, podría perfectamente haber caído sobre mí. Hoy día andamos perdidos entre géneros nuevos que antes de que se bauticen, dejan de existir. Nu-metal, Emo-core, Screamo, New Wave Metal, son tantas y tan efímeras que no merece la pena detenerse mucho a hablar de ellas. A veces nos olvidamos de los orígenes, no tanto de grupos antiguos como Led Zeppelin o Black Sabbath, que en su día se adelantaron a su tiempo y marcaron el camino a seguir en la Historia , hablo del rock de raíces, del Clásico, del pueblo, del que mezclaba siempre con acierto el country, los sonidos sureños, el folk, el blues, el sonido Lo-Fi, eso era la Creedence, un compendio de buenos músicos, liderados por otro John, este Fogerty, que en lugar de coger un arma como su homólogo cinematográfico, prefirió enfundarse un guitarra, y con su voz, su hermano, y sus inseparables compañeros, nos dejó uno de los grupos más ricos y valiosos que ha dado el Rock.
Precisamente la Creedence se separó, entre otras cosas, por diferencias estilísticas. Se les acusó de inmovilistas, de tocar siempre lo mismo, de no evolucionar, de no experimentar, de no pulir sus producciones. Al final lo hicieron, craso error, sus seguidores notaron esa falta de espontaneidad inicial, y al final, cada uno por su cuenta. Tenían que haber hecho como esa ley no escrita que se aplica al mundo de la informática, "si algo funciona, no lo toques".
Permitidme que fusile aquí, en estas líneas, y ya para terminar, el mensaje que en su día utilizó la marca de la chispa de la vida, que no adecuada, para reivindicar de alguna manera, el buen hacer de la CCL. Y empiezo por mi mismo:
Para los olvidadizos, para los que no han oído Rock clásico en su vida, para los que piensan que lo que más mola es Billy Talent, para la generación de los noventa, para los que creen que del pasado solo merece la pena los Beatles, para los que dicen que el rock no tiene clase, para McClane, para la bendita Budweiser, para los que se cansan del Chumba Chumba, para los Indies de gafas de pasta, para la Directiva del Club de Futbol Alagón, para el Ayuntamiento, para el que discurrió la Playstation, para el Youtube, para los que escuchan "Regueton", saca los cuernos y vete al sol, para el "desustanciao" de Juanes, para Jimmy Conway, para los que piensan que nunca es tarde si la dicha es buena, para los escépticos del Rock, para La Muchachada Nui, para los que no se aclaran, para todos...La Creedence.

sábado, 19 de enero de 2008

Zico Chain "Food"


Pocas cosas hay que decir de Zico Chain, aparte de que su nombre, efectivamente futboleros, se lo deben al astro brasileiro. Su incipiente andadura musical no da para muchas líneas. Lo mas que os puedo contar, antes de meternos en harina con su disco de debut, no son mas que un par de apuntes, a priori, meramente anecdóticos, pero que en el fondo, dicen mucho en favor suyo. Musicalmente pocas novedades podemos encontrar en todos aquellos Combos que se lanzan a este cada vez más ingrato mundillo. La masificación y las tropelías propias de la industria se antojan obstáculos harto difíciles para que tu banda saque la cabeza por encima de toda la marabunta que puebla la escena a la que quiera o no, se le haya asociado a ese grupo. Parece ser, que conscientes de esto, Zico Chain han decidido desmarcarse de la tendencia reinante en su país (Inglaterra), que no es otra que ser un calco barato de grupos como Franz Ferdinand, Bloc Party, o los Arctic Monkeys, y con un par, se han decidido a rendir tributo a un género tan extinto, tan manido en su época dorada, y posteriormente añorado, como fue, el Grunge. Por eso, y por no rendirse a las leyes del marketing, Zico Chain merecen la atención del respetable.
Pero nada de esto tendría sentido si su música, sea Grunge o Pasodoble, no tuviera chicha, trasfondo, y sobretodo, futuro. Y si Zico Chain plasman la fuerte personalidad de sus canciones, también fuera del estudio, y son capaces de esquivar con acierto los contratos "tentadores", los cheques de muchos ceros, y los efímeros e infumables videos de la Mtv, y siguen fieles a sus principios y a sus ideales musicales, tendremos Zico Chain para rato.
Lo único que les hace falta es dejar un poco de lado su vertiente más Power Pop, y trabajar más sus partes duras, crudas, viscerales, que tenerlas las tienen. "Food" es pues un diamante en bruto, un trabajo notable para una banda con tan poca experiencia. Si encrudecen su sonido hacia tintes mas Nirvaneros, y desarrollan esas pinceladas que dejan caer a lo Queens of The Stone Age, sus siguientes trabajos dejarán de sonar a reminiscencias del pasado, y casi sin quererlo, crearán su propio sonido, que es en definitiva, lo que hace grande a un grupo.
Os animo a escuhar "Food", de la primera a la última, desde “Pretty Pictures” hasta “Anaemia”. Creo que estamos ante algo bueno, prometedor, ya veremos lo que dura el invento. De ellos depende.

sábado, 12 de enero de 2008

Heroes Del Silencio


La Nochebuena fue fría, ausente del siempre gélido cierzo -cosa rara por estos lares- ya había un poco de niebla, no se, serían las tantas de la madrugada y aún se notaban los efectos devastadores de las típicas cenas non-stop, esas en las que te desabrochas dos y tres botones, por lo menos. En el Colombo se estaba a gusto, con la luz más tenue de lo habitual, lo que siempre indica que esa noche se celebra algo, ya sea una Navidad, un Halloween, unos carnavales, o cualquier otro hecho susceptible de ser festejable o festejado.
La discusión allí dentro fue, básicamente, ¿Se nota la influencia de U2 en la música de Los Héroes?. Abraham se negaba en rotundo, Javier seguía sin verlo claro, y el arriba firmante, cerveza conmemorativa de los Héroes de marras en mano, defendía a capa y espada que Valdivia sobretodo, se había escuchado más de una vez seguro, El “Joshua Tree” de los Irlandeses antes de meterle mano al que sería el primer disco de los Zaragozanos más internacionales del globo, a saber, "El mar no cesa".
Coincidía con ellos en que la voz de Bunbury es mucho más carismática, rica y poderosa que la de Bono, que éste no llegaba ni de lejos a los tonos y registros de Enrique, más próximo el maño a la forma de cantar de Raphael, hecho que ya quedó constatado en una versión, más que digna, que este último hizo de Maldito Duende, tema de sobras conocido por todos los aquí lectores, seguro.
Y es que esta no es la primera, ni seguro la última afrenta que tengo con mis amigos, y mas sobretodo si el tema a tratar, son los Héroes del Silencio. Debo ser de los pocos a los que la fiebre Héroes le vino tarde, cuando se separaron, para más señas. Todos nos sabíamos de memoria a finales de los ochenta la letra de "Mar Adentro", "Entre dos Tierras", "Maldito Duende", pero por aquel entonces lo más patrio que sonaba en mi flamante Walkman Mega-Bass de Sony era la cinta de “A las puertas del Deseo” de Tako, y por supuesto, “Rojo”, y “Pasión por el ruido” de los impepinables Barricada.
Bunbury me caía mal, nada nuevo, nos pasaba a muchos, ese rollo de la cinta en el pelo y su nihilismo galopante me ponía de los nervios, sinceramente. Y más cuando veía a todas las de mi clase con sus carpetas forradas de arriba a abajo con fotos, de todas las clases, de todas las posturas, y de todos ángulos y colores, de la nueva cara apetecible del rock. Recuerdo aun con cierta incredulidad, como cada vez que acudíamos todos en tropel a casa de algún compañero de clase (si era compañera la cosa se agravaba cosa mala), y como antes de ponernos a hacer un nuevo trabajo sobre el siempre interesante mundo de "Sociales" -ahora conocimiento del medio, si no ha cambiado otra vez-, nos teníamos que tragar de arriba a abajo todo un disco entero de los Héroes del lugar, o de hacer descansos y escuchar "El Estanque" o "Decadencia", cuando lo suyo sería zamparse medio bote de Nocilla a cara de perro, como mandan los cánones. Pues no, lo más in de la época era ver como todo el mundo cantaba las canciones de Los HS, así que nada me dije, yo a lo mío, o sea, a seguir cantando los himnos de los de las Cinco Villas. El enterrador era mi favorita, que conste en acta.
El tiempo pasó, llego El espíritu del vino, y el gusanillo me picó, pero solo un poco, y justo cuando el Veneno Héroes estaba empezando a hacer efecto, se separaron. Anda y compraos un peine les dije yo. Luego vino la época de los malos rollos, que si no hablo de Héroes, que si no nos vamos a juntar nunca, que no nos vamos a juntar, y que no nos vamos a juntar. Entre tanto, Bunbury empieza en solitario, despechado, con rencor, y renegando de su pasado heróico, y entre tanto la cantinela de siempre, que no me preguntéis de Héroes que no hablo, que si tal que si cual, “Pequeño”, “Flamingos”, espantada en Zuera, y poco más, así hasta hace unos meses, donde por obra y gracia de un buen puñado de dólares, los zaragozanos deciden olvidar así como quien no quiere la cosa viejas rencillas y embarcarse en una gira de agárrate y no te menees que ha superado todo lo previsible, con una campaña de Marketing sobresaliente: reediciones en vinilo, libros, Dvds, cerveza de la tierra adornada para la ocasión, etc, etc, y todos hemos sucumbido ante ella de una forma u otra, ya sea yendo a conciertos, dándole a la rica cebada, leyendo, escuchando discos, o viendo Dvds.
Con esta vuelta ha quedado claro que Héroes permanecerá por siempre en el imaginario colectivo de una generación, la mía, la que se hizo moza escuchando su música, y que se quedó privada de verlos en directo por la prematura separación del grupo, aunque yo siempre los recordaré entre otras cosas, por ser los únicos que lograron durante un tiempo que en los trabajos de la escuela se cantase su música, y no nos atiborrásemos de nocilla, la meriendilla.

domingo, 6 de enero de 2008

Turbonegro. "Retox"


Viendo una foto de Turbonegro, a uno se le quitan las ganas de escucharlos al instante. Las Pintas que gasta su cantante (cara pintada, tripa oronda y peluda, ese sombrero de copa trasnochado.. y demas atuendo imposible)echan atras a cualquiera. Y si hablamos de sus esbirros ya ni te cuento, el pavo ese que lleva el gorro de marinerito no tiene desperdicio alguno. A simple vista, Turbonegro parecen unos Village People despues de haberse recogido unas cuantas pastillas de jabón los unos a los otros.
Obviando el tema puramente vestimental, y centrandonos en su música, y mas en estas fechas, en las que todo el mundo, todas las revistas, hacen balance anual elaborando sesudas listas de los mejores del año, y haciendo acopio de esa manida y casi siempre injusta determinación, plasmo en estas líneas, no sin cierto sentimiento de culpa, que si tuviera que quedarme sólo con un disco de cuantos se han publicado en este 2007, probablemente eligiría "Retox".
El motivo es bien sencillo. Desde su publicación, ha sido el disco que mas veces ha sonado en mi Ipod, donde sus canciones aparecen como las mas escuchadas. Y el Ipod no miente, Y lo que dice el Ipod va a misa.
Dicen los artifices de este disco, que Retox cierra la Trilogía oscura que se inicio con "Scandinavian Leather", siguió con "Party Animals", y se cierra con este muy reseñable Retox. Lo de la trilogía oscura va por cierta época en la que Turbonegro anduvo dando tumbos por el mundo metiendose de todo y nada bueno. Vamos, que se ponían hasta las cejas de coca y Jack Daniels. Como toda vorágine viciosa y descontrolada, llego un punto en el que la banda sueca toco fondo, se plantearon las cosas, se sentaron, y decidieron dejar atras todo aquello que casi les destruye. Para ellos eso esta muy bien, pero por todos es sabido que cuando un grupo compone bajo los efectos masivos de estupefacientes potentes, suelen parir sus mejores discos. Hasta la fecha, incluido este Retox, su mejor disco sigue siendo Scandinavian Leather que justamente coincide con su periodo mas psicodelico y anfetamínitco. Por eso, cuando un grupo se limpia, normalmente sacan sus discos mas peñazo.
Con Retox eso no ocurre ni de lejos. Desde el principio sabemos que nos encontramos ante unos Turbonegro en forma, a los que parece que la mens sana in corpore sano, no les ha afectado de cara a componer canciones a la altura de su epoca lisérgica. Y Ademas nos enconrtramos con algunas novedades dignas de mención. La voz de Pal Erik gana en enteros y por momentos Recuerda a la de Halford en su epoca dorada con los Judas Priest, y aparte, la música en este disco adquiere tintes mas rocanroleros y garageros, en detrimento de su anterior rapidez mas propia de los grupos punk rockers. "We´re gonna drop the other bomb", "Hell Toupée", "You must bleed", "Hot and Filthy", todas, todas, todas las canciones son tremendas, singles en potencia.
En definitiva, Retox recoge en sus doce temas, los mejores minutos de rock del 2007.