domingo, 22 de junio de 2008

Social Distortion "White Light, White Heat, White Trash"


La culpa la tiene Alatriste. Sí, sí, Diego Alatriste, ese hombre que no era ni el más honesto ni el más piadoso, pero si era un hombre valiente. Y es que andaba yo por el Alcampo un día de estos en busca del cuarto capítulo de la saga del veterano de los tercios de Flandes cuando de repente, ya con el libro en mano (y otro de Javier Marías y un Mortadelo), me dio por mirar uno de esos expositores de música “a granel” que toda gran superficie tiene y pocas veces sabemos apreciar. No digo que de los cientos de discos morralla que llenan los estantes desordenados de música a 6.45 euros el cd todos sean incunables de la música no, mas bien lo contrario. Lo que normalmente decora y engrandece dichos espacios suelen ser discos de Ocarina, de Britney Spears (cuando estaba buena y no parecía una protagonista de Trainspotting), Alejandro Sanz, Luis Miguel, Juan Luis Guerra con o sin los cuatro cuarenta, que más da, o algún castañazo de Maná (los que van autoproclamandose por ahí los U2 latinos, cágate lorito).
Tuve que dejar no muy lejos las compras de lectura para empezar a rebuscar como Dios manda, uno por uno, los estantes de música de ocasión para poder dar con algo bueno. Así, creo que tras un grandes éxitos de la Pantoja, apareció sin comerlo ni beberlo el White Light, White Heat, White Trash, el mejor disco de Social Distortion, la banda de Mike Ness, uno de los capos del Punk rock.
Un disco que empieza con Dear lover, sigue con Don´t Drag me Down, la clava con Untitled, mejora con I was wrong, y culmina con Through these eyes uno de los más certeros y contundentes arranques de un disco que no voy a decir el tiempo que llevaba yo buscando para ponerlo en mi cada vez más escasa discoteca musical, al lado del London Calling de The Clash.
No quiero hacer yo en esta sección como en aquel libro que de pequeño me regalaron, “Una fábula para cada día del año”, donde día a día, uno leía un escueto relato de ratones cotillas, ratas presumidas, y ávaros lobeznos donde tras darsela de bruces, aprendían que ser egoísta no mola, que la avaricia rompe el saco, que meter el hocico en los asuntos de los demás te convierte en un alparcero, que tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, y demás moralejas del lugar.
Permitidme pues vuestras mercedes (como diría Iñigo de Balboa), que así como de forma esporádica y poco ocasional, en el Apotema os escriba mi pequeño bricoconsejo:
“Nunca subestiméis el poder de un expositor musical olvidado, triste, desordenado, y lleno de discos de Chenoa, Miguel Bosé, Tokio Hotel, y la madre que los parió.”

3 comentarios:

aNiCa dijo...

Yo estoy ahora con la primera parte de "Tu rostro mañana" de Marías, por ahora tiene buena pinta. Ya te contaré.
¡¡Ah!!Y no te metas con "Chinoa" que mola mazo: "Cuando tú vas/yo vuelvo de allí/cuando yo voy/tú todavía estás allí..."
Un gran tema donde los haya...

Janingus dijo...

Justo el mismo libro que me pille yo primi, las aventuras y desventuras de Jacobo Deza. Cuando acabe el cuarto Alatriste le empezare a meter ferrete a ver que tal va..

Janingus dijo...

Por cierto primi, en fiestas se me olvido darte la bienvenida a Alagón cantandote aquello de Welcome to the Jungle de Los Guns´ Roses. Besicos!!