lunes, 19 de mayo de 2008

Gluecifer "Automatic Thrill" (2004)


Lo raro es que me salga alguna palabra intentando redactar algo de Gluecifer. No se si os pasará también, pero cuando toca hablar de algo o alguien que te entusiasma como nada, las palabras cuestan salir, cuesta soltarse, así que aviso que estas líneas pueden quedar inconexas, poco coherentes, y con nulo o escaso significado aparente. No se la de veces que habré escuchado Automatic Thrill en los últimos 3 años, tampoco las cuento, pero me da a mí que han sido muchas, muchas las escuchas que uno le ha dedicado a este disco. Razones no faltan. Gluecifer tienen, mas bien tuvieron (su separación nos dejó un bien avenido efecto colateral llamado Bloodlights) todas las cualidades necesarias para ser una banda de rock de cierto éxito, vamos a llamarla de culto oye. Para empezar eran suecos, y eso ya es mucho. Esta gente tiene algo en los genes, no sé, una bacteria, o un hongo o algo, que hace que su música, sin ser nada nuevo, tenga un cariz de frescura en su sonido que ningún otro país ha conseguido captar con sus grupos de Rock. Turbonegro, Hellacopters, In Flames, Backyard Babies, son muchos los grupos que han salido de las Escandinavias dejando el pabellón bien alto.
Esta claro, en Suecia o trabajas en Ikea, o tienes una banda de rock. Aparte, Gluecifer cuidaron una imagen y un estilo que les valió granarse oro y plata allá por donde dejaban caer sus inmensos directos. Se apostaban tras una muralla de sonido y sus shows destacaban por sonar de aúpa, de lujo, y rápido, muy rápido, al estilo Ramones. “One Two three four”..... y a darle cera.Automatic Thrill reúne todo lo que hizo grande y respetado a este grupo. Se ha hablado de reuniones, de giras puntuales, ya sabéis, poderoso caballero es don dinero, ya veremos a ver por donde acaban estas voces. Gluecifer lo dejaron por hastío y aburrimiento. Sería del género tonto enturbiar una carrera basada en aquello de dejárselo todo encima de un escenario por un puñado de dólares que aunque puedan ayudar a pagar hipotecas, guarderías, y letras de coche, seguro que no dejaría el buen sabor de boca un tanto nostálgico que soltaron tras de sí adornado con un nimio halo de tristeza, cuando el grupo anunció su separación consensuada y de carácter inminente. Casi es mejor poner el volumen a tope y pincharse el Automatic Thrill. Es el mejor testamento que un grupo tan poderoso como Gluecifer pudo dejarnos.

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