lunes, 10 de marzo de 2008

Muse "Black Holes & Revelations"



Lo recuerdo perfectamente. Es uno de esos inolvidables momentos que intentaré, por siempre jamás de los jamases no olvidar nunca: Ese Fin de semana había sido largo, sobre todo el sábado. Y digo largo por no decir duro. Fue uno de esos en los que el señor propietario de "La Zaragozana" debería, a mí y a mis amigos, darnos una medalla al mérito por consumidores compulsivos de sus productos. Ambar 1900 (sin la etiqueta de Héroes, por favor), Ambar normal, y para finalizar, unas Export por su sitio (lo que asegura, primero, una micción de las que hacen época, y posteriormente, un sueño profundo) cayeron, una detrás de otra, hasta altas horas de la madrugada.

El domingo imaginaos el panorama, dolor de cabeza, deshidratación (todas las botellas de agua eran insuficientes...) y pocas ganas de todo. Comida ligera y después una siesta. Llegada la noche, con el sueño cambiado, uno veía que los parpados no se cerraban, la vigilia acechaba por momentos, y me temí lo peor, noche en vela, seguro, pensé, así que después de leer un rato apagué la luz con la idea de aguantar lo mejor posible lo de “los ojos como platos”, y pensando en la cantidad de Cafeses y Acuarius que iba a sacarme al día siguiente en la máquina del trabajo para llevar lo mejor posible los efectos colaterales de mi tortuoso "Cebada Weekend".

Los que ya habéis leído alguna vez los devenires de esta novel sección, sabréis de mi afición (ritual mas bien) por enchufarme los cascos para conciliar el sueño. Esa semana Muse sacaron a la venta su nuevo disco, "Black Holes and Revelations". Ya había leído en las entrevistas de turno que le habían dado una especie de vuelta de tuerca a su sonido, metiendo guitarras experimentales y alguna que otra pincelada electrónica. Los de Oxford siempre me habían parecido un grupo muy a tener en cuenta, pero nunca me habían enganchado, como aquel que dice. Era mucho de singles, no de repasarme de cabo a rabo sus trabajos. "Plug in Baby", "Filip", "Bliss", todas ellas me parecían grandes canciones, pero eso, canciones. Esa resacosa madrugada de domingo pensé que sería buena ocasión (el insomnio era ya una realidad) para dedicarla en buena parte a un disco entero de Muse.

Lo que siguió después se me hace difícil explicarlo con milimétrica exactitud. Solo os puedo decir que desde ese momento, Muse se ha convertido por derecho propio en uno de mis grupos favoritos. He rescatado su discografía entera, sus monumentales conciertos en directo, sus estupendos vídeos musicales, etc, etc...

El disco comienza con la introductoria "Take a bow", un tema que nos pone en antecedentes de las lecciones maestras que nos vamos a encontrar en este viaje a los agujeros negros del espacio. Después llega uno de los temas más radiados del grupo. "Starlight", un single pausado que cuenta con una melodía exquisita donde Matt Bellamy (un prodigio de la voz) se recrea en todos su extenso catálogo de registros vocales.

Aún me hago cruces de cómo me puede atraer tanto un tema como "Supermassive Black hole". Odio a Prince, al artista antes conocido como Prince, al Símbolo, o como carajo se haga llamar ahora el tipo este, pero en esta canción, el falsete con el que nos aborda Bellamy, es clavado en el fondo y la forma al timbre de voz de Prince, o el Símbolo, ya sabéis. Los guitarrazos siderales que pueblan esta canción son increíbles, y la sutil electrónica que rellena el tema convierte a Supermassive Black hole en un imprescindible del Disco, y la postre de la discografía del grupo.

"Map of the Problematique" es, sencillamente, increíble, la típica canción que te pone los pelos como escarpias, esa canción que a buen seguro hará que en los conciertos de Muse, la gente salte, grite, se emocione, y se le escape alguna lágrima en la parte final de la canción, cuando toda la emoción acumulada en los dos minutos anteriores, explota en unos últimos 60 segundos de los que hacen época.

Después de la cuarta canción viene lo que podría ser el interludio del disco. "A Soldier´s Poem" e "Invincible" ponen un poco de paz para ser rota después, y de que manera por la se podría hasta decir, metalera, "Assassin". Ver influencias de System of a Down en esta composición podría ser un poco descabellado, pero el frenesí con el que se toca la guitarra en esta canción me recuerda y no pocas veces a los desquiciados riffs de los creadores del impepinable "Toxicity".

Quizá "Exo politics", "City of Desilusion" y "Hoodoo" sean los temas menores del disco, puestos, a mi parecer, todos ellos seguidos con el único fin de abrir el camino a la mejor canción de todas, la estrafalaria, épica, increíble, eterna, peliculera, atronadora, monumental, y... tantas cosas, tantos interminables adjetivos, que es "Knights of Cydonia", la canción que además explica y justifica la extraña portada del disco, que en palabras del propio grupo, plasma en una onírica imagen a los cuatro jinetes de Apocalipsis.

Aquella pegajosa en insomne noche de julio, conforme pasaban lo minutos, con cada nueva canción que sonaba, y aunque mi juicio no fuera el más lúcido a falta de los cuatro o cinco sueños REM de rigor, supe a ciencia cierta que estaba ante algo grande, épico, único, un disco de esos atemporales que por mucho que pasen los años, sabes que te van a acompañar siempre vayas donde vayas. Larga vida a Muse.

4 comentarios:

aNiCa dijo...

Tienes razón primo, los Muse son mu grandes.

Janingus dijo...

ya lo creo primi, ya lo creo... tengo unas ganas de verlos en concierto...
Besicos!!

aNiCa dijo...

¿ No habrá tanta suerte de que vengan a Zaaragoza, verdad? ¿O es que tienes pensado ir a verlos a algún sitio?
Besicos

Janingus dijo...

No creo Primi, suelen dejarse caer solo en Madrid y/ Barcelona.
En Francia tienen muchos tirón, igual van a Paris. Uno de sus Deuvedeses esta grabado en LeZenit de Paris.
Besicos!